El capricho de Mir que le duro dos semanas
El caracter de Joan Mir es una de las claves de su exito. Un piloto ambicioso pero tambien inteligente, con los pies en el suelo y ajeno a las extravagancias de muchos deportistas de elite. Su progresion se cimenta en pilares como el talento, el trabajo y la constancia, con resultados realmente efectivos: campeon del mundo de Moto3 en 2017, dos años despues de su debut en los grandes premios, tan solo ha necesitado otras tres temporadas mas para alcanzar la cima de MotoGP, con la corona que conquisto en 2020.
Estar en la cresta de la ola no ha cambiado en lo esencial la vida de este mallorquin afincado en Andorra. Sigue muy centrado en su preparacion y se siente el mismo piloto con ganas de comerse el mundo que era antes de conquistar su primera corona de la categoria reina. Asi lo ha revelado en una entrevista en el podcast de la web ‘Motorsport’, en la que explica la normalidad de su dia a dia: “No me he dado ningun capricho, no ha cambiado nada. Quiza alguna vez salgo a cenar y me piden una foto. Pero esta todo igual”.
Sin embargo, con la sinceridad que tambien define a Mir, reflexiona un instante sobre la cuestion y realiza una curiosa confesion: “No queria, pero lo voy a decir. Me di el lujo de comprarme un superdeportivo, pero a las dos semanas lo vendi porque no me gustaba. No dire la marca, pero lo conduje un dia y me dije ‘Ya esta, ya lo he probado’. No va con mi forma de ser, fuera”.
Y eso que el campeon de Suzuki se siente muy atraido por las competiciones sobre cuatro ruedas, como reconoce en el mismo espacio: “Me gusta mucho el mundo de los coches y cada vez mas desde que lo probe con las carreras sobre hielo. Estoy impresionado con mi forma de pilotar, desde ese dia tambien me entreno en karting y se me da especialmente bien. No descarto probarlo en el futuro”.